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¿Que son los Trastornos de Ansiedad?

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 Autor: Lic. Elvio Espósito.

Debido a que los trastornos de ansiedad o la ansiedad en sí misma son uno de los motivos más frecuentes de consulta médica y terapéutica a nivel mundial, conviene tener en claro, antes que nada, que se entiende por trastornos de ansiedad.

Si vamos al diccionario de la real academia española buscando la palabra ansiedad encontramos la definición siguiente: Del Latín Anxietas – atis “Estado de inquietud, agitación, o zozobra del ánimo”, referida a la concepción general, mientras que la medicina la entiende como “Angustia que suele acompañar a muchas enfermedades, en particular a ciertas neurosis y que no permite sosiego a los enfermos”.

Acerca de la palabra trastorno la definición que nos proporciona es esta: “Acción y efecto de trastornar, alteración leve de la salud” y referente al discurso jurídico agrega: “Enajenación mental”. Pero en definitiva nada nos aporta acerca de los trastorno de ansiedad en si, ya que nos ofrece una idea muy general y reducida del término, por lo tanto vamos a ampliarla un poco ahora mismo. Entonces: Si la pregunta número 1 es ¿Qué son los Trastornos de Ansiedad?, la pregunta 0 implicaría preguntarse ¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una emoción. Una emoción se define como un estado afectivo que se traduce en una reacción de la persona que la experimenta en el momento, en un determinado contexto. Esta emoción provoca una serie de cambios orgánicos tanto fisiológicos como endocrinológicos de origen innato, influidos por la experiencia y difícilmente controlables a voluntad, cuando no imposibles.

Las emociones son necesarias para que nuestro organismo se pueda adaptar al medio que nos rodea y las experimentamos de modo súbito, más o menos brusco según cada uno. Tienen un tiempo de duración relativamente breve y variable. Lo que todos sabemos de las emociones es justamente esto, que después de un tiempo se nos pasan.

Pero cuando experimentamos un nivel de ansiedad considerable no podemos pensar claramente debido a que en el núcleo de la ansiedad encontramos una de las emociones primarias, el miedo, que impacta sobre nuestras ideas y sensaciones, retroalimentándose en un circulo vicioso. Cuando la conciencia está tomada por una emoción, se dice que está polarizada y esto es lo que sucede justamente en un caso como éste.

Imaginemos a una persona que ha sufrido un accidente y está en estado de shock; los recuerdos se mezclan y las emociones se experimentan de forma masiva, tan masiva que es imposible tramitarlas y entonces termina adoptando conductas desconcertantes.

En el ser humano la experiencia de una emoción implica un conjunto de creencias, ideas y actitudes para con el mundo que se emplean de forma automática para valorar las situaciones que le tocan atravesar, por lo tanto cada individuo va a vivir una misma situación de un modo diferente.

¿Se pude eliminar la Ansiedad?

No se puede eliminar una emoción necesaria y adaptativa como es la ansiedad, pero se puede aprender a conocerla, a aceptarla y consecuentemente a controlarla, disminuirla y a hacerla tolerable.

Las Emociones son necesarias y sirven para muchas cosas

El hambre nos informa de nuestra necesidad de alimento, el miedo, de lo que atenta contra nuestra vida, salud o bienestar, la tristeza nos habla de alguna carencia o pérdida.

También nos dan la fuente de motivación para superar obstáculos y nos permiten comunicarnos con los demás para hacerles saber de nuestros deseos e intenciones.

Pero ¿Que pasa cuando las emociones y las conductas que de ellas se desprenden son inapropiadas, exageradas para la situación?

– Generan un sufrimiento innecesario, incomodidad y desconcierto en la gente que nos rodea.

– Comportamientos auto-saboteadores que van en contra de nuestros propósitos

– Incapacidad para realizar las acciones que nos permiten alcanzar las metas.

Asociadas a creencias irracionales o exageradas respecto a la situación concreta.

Entonces entendemos por Trastornos de Ansiedad a las respuestas exageradas que no necesariamente están ligadas a un peligro, situación u objeto externo. Generan un gran malestar, resultan incapacitantes y condicionan severamente la conducta del que los padece. Aparecen y desaparecen de forma alternante.

Ahora bien, para que se pueda diagnosticar un Trastorno de Ansiedad, se tienen que dar una serie de requisitos en donde intervienen varias variables.

Actualmente los Trastornos de Ansiedad componen un capitulo especial en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSMIV)

Algunos de éstos son:

Trastorno de angustia sin agorafobia, trastorno de angustia con agorafobia, fobia específica, fobia social, trastorno por estrés post-traumático, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de ansiedad generalizada, agorafobia sin historia de angustia, trastorno de ansiedad inducido por sustancias, etc.

¿Cuándo se siente la ansiedad?

Se experimenta ante situaciones determinadas que nos provocan estrés. Es importante saber que estas situaciones pueden ser escenas de la vida cotidiana, fácilmente identificables (llamémoslas externas) así como también reflexiones, pensamientos, ideas, imágenes (internas). Más allá de la inseparable conexión entre lo que sucede en el entorno (externo) y nuestro modo de percibirlo (interno), el disparador de la ansiedad se puede ubicar en uno u en otro extremo.

Terapia para tratar la ansiedad

Cuando uno empieza terapia para tratar la ansiedad, primeramente aprende a ubicar aquellas situaciones concretas que generaron malestar y luego se entrena a identificar esos pensamientos que dispararon la emoción disfuncional. Los mecanismos internos y la fuente de esos pensamientos automáticos, se hacen más borrosos y es en lo que hay que ocuparse con mayor detenimiento. Trabajar sobre los pensamientos, emociones y conductas propias es indispensable para mejorar nuestra experiencia en las situaciones que nos tocan atravesar. Cambiar primero uno para transformar la realidad.

 

A modo de ejemplo práctico, podemos comparar una respuesta emocional funcional  vs una respuesta emocional disfuncional ante una determinada situación concreta.[1]  

 

Situación inferida Emoción funcional Emoción disfuncional
Amenaza o peligro Preocupación (precaución) Ansiedad
Perdida, carencia Tristeza Depresión
Quebrantamiento de una regla personal (por parte de otro o por uno). Frustración Enojo (que no condena ni califica globalmente) Ira (que condena o califica globalmente)
Quebrantamiento del propio código moral

Arrepentimiento

(califico al hecho)

Culpa

(califico a mi persona)

 

Otro nos traiciona (inmerecidamente) Decepción Sufrimiento
Debilidad o defecto personal revelado públicamente

Pena

(lamentar lo ocurrido)

Vergüenza

(verme ridículo, etc.)

 

 

 

[1] CIPA. Centro de investigación y psicoterapia aplicada. http://www.cipa-centro.com

¿Que es la Grafología?

Autor: Lic. Elvio EspósitoGrafología

              La grafología es una técnica auxiliar de la psicología que se basa en los principios del gesto y de la expresión. Es a través de la observación, la medición, la clasificación y la interpretación de los signos gráficos que se valora un escrito en su aspecto morfológico primero, para luego realizar el análisis psicológico posterior de la personalidad del autor.

En grafología no se tiene en cuenta el contenido escrito si no que se analizan aspectos tales como la situación del texto en la página, la distancia entre las palabras y las líneas, los márgenes, el tamaño de las letras, la forma de las mismas, la inclinación, la dirección de los renglones, la velocidad y la presión del trazado, la manera en que las letras se unen con otras y la organización general de todo el escrito, entre otros tantos ítems.

Al escribir plasmamos gráficamente nuestras ideas pero también estamos proyectando nuestra personalidad sin tener la intención de hacerlo.

Escribir es un acto exclusivamente humano: implica un pensamiento conciente e inconciente, por lo que su contenido se va a reflejar en la escritura de manera simbólica.

La escritura es el producto de un complejo proceso neuro-muscular que activa toda una serie movimientos de varias partes del cuerpo, se puede pensar como la expresión muscular de nuestro aparato psíquico.

Comparado con otros tests, en donde se puede aprender qué tipo de respuestas son esperables o qué clase de elementos no son recomendables incluir en un dibujo de un árbol o de una persona por ejemplo, aquí resulta imposible por lo vasto, así como también por lo complejo esmerarse en hacer “buena letra”. Incluso ser grafólogo experimentado no nos previene de plasmar aquellas particularidades de nuestra personalidad sino que solamente nos posibilita ver en las letras que escribimos, aquello que nos caracteriza como sujetos únicos.

¿Para que sirve la Grafología?

Para conocer a la persona en profundidad y para elaborar un informe completo con fines determinados.

En los informes para selección de personal se enfoca sobre los aspectos que se buscan en el candidato, algunos de estos pueden ser:

Características intelectuales

  • Agilidad mental
  • Capacidad de síntesis
  • Claridad de ideas
  • Inteligencia teórica
  • Inteligencia práctica
  • Visión global
  • Lógica
  • Creatividad

Aptitudes para el estudio y la capacidad de trabajo

  • Constancia
  • Concentración
  • Diligencia
  • Compromiso
  • Rendimiento
  • Dinamismo
  • Resistencia
  • Memoria

Tipo de actitud adoptada frente al trabajo

  • Práctica o teórica
  • Nivel de detallismo en las tareas
  • Puntualidad
  • Capacidad de organización
  • Iniciativa
  • Dotes de mando
  • Nivel de aspiraciones
  • Sentido estético
  • Capacidad de observación
  • Adaptación a la autoridad
  • Necesidad de apoyo
  • Necesidad de reconocimiento
  • Calidad de trabajo realizado
  • Fiabilidad

 

PERFIL DESEADO, PERSONALIDAD Y CARÁCTER

Entendemos por Perfil aquello que buscamos que tenga el candidato para un puesto laboral determinado. Los atributos, las competencias, las aptitudes, las capacidades y las disposiciones con las que cuenta para llevar a cabo un número de tareas específico.

En la entrevista de selección de personal la impresión que el empleador se va haciendo del postulante a menudo resulta muy influenciada por todo aquello que el candidato manifiesta (el modo de comportarse para la ocasión, la vestimenta y la experiencia laboral así como el lenguaje que utiliza). Todo esto encontrará o no eco en las preferencias y gustos del empleador.

La Personalidad es la resultante de un Inter-juego entre lo innato y lo adquirido, de la interpretación que hacemos de la experiencia diaria, del recuerdo de los resultados conseguidos con el ejercicio del ensayo y error. Es en última instancia aquello que nos define y distingue como sujetos únicos e irrepetibles.

Un puesto de empleo requiere sólo algunos aspectos de la personalidad determinados, pero la persona es un todo (que es más que la suma de sus partes) y esto es lo que se va a jugar en todo momento en el desarrollo cotidiano de su trabajo.

El Carácter es el sello diferencial de la persona, su forma de expresarse, moverse y darse a conocer, tiene que ver con el estilo particular que es característico de cada uno. El temperamento, por su parte, constituye el núcleo de la personalidad, supone una raíz biológica y es lo que en última instancia determina las reacciones de una persona puesto que es la estructura más antigua y profunda del aparato psíquico, asociada a las inclinaciones psicofisiológicas y las disposiciones afectivo-instintivas.

La grafología es una solución práctica a la hora de evaluar objetivamente a un candidato porque nos permite ver si la personalidad es compatible con el perfil requerido para el puesto de trabajo en forma natural y no forzadamente. Por ejemplo, una persona que en la entrevista se muestra tranquila, en dominio de sus actos pero en la letra abundan los rasgos de ansiedad y ambivalencia afectiva no será un candidato recomendable para manejos de precisión y concentración sostenida.

GRAFOLOGÍA Y SELECCIÓN DE PERSONAL

La grafología, como herramienta exploratoria de la personalidad, permite que aquellos rasgos del carácter y del temperamento emerjan con voz propia en la letra escrita, rasgos que a menudo no pueden ser captados por el lenguaje verbal y gestual que se despliega en las entrevistas de selección de personal.

Es frecuente que los aspirantes a un puesto de empleo sepan que es lo que se espera que contesten y que con la práctica que les da la experiencia de pasar por muchas entrevistas, lleguen a convertirse en profesionales en el arte de agradar y ser políticamente correctos. Es probable también que hayan investigado sobre los tests de la personalidad y que estén al corriente  acerca de qué conviene dibujar y qué no. De cualquier modo resulta imposible evitar el sello personal en la escritura ya que el acto conciente de escribir se ocupa del contenido de lo que se está redactando dejando que el inconciente moldee los trazos de las letras en donde el ritmo, la inclinación, la presión, la distancia entre palabras, los temblores, la distribución de la masa de caracteres en el espacio gráfico y todo aquello que hace al estudio de la personalidad a través de la escritura, se despliega para su análisis.

La grafología permitirá identificar con un alto grado de precisión quien nos será útil para un determinado puesto permitiéndonos ahorrar costos administrativos innecesarios y de rotación de personal que implican un tiempo muy valioso y escaso.

GRAFOLOGIA Y REUBICACIÓN DE PERSONAL

Para la empresa, es esencial contar con un grupo humano consolidado, capaz de llevar a cabo la estructura que le permita ganarse su lugar y nombre en el competitivo mercado actual. Pero… ¿Cómo se sostiene este recurso humano cuando algunas de sus fuerzas se encuentran desaprovechadas? O dicho de otro modo: ¿Cómo hacer para optimizar el rendimiento del conjunto identificando por donde están las fugas de energía y actuando en consecuencia para lograr una solución?

Utilizar la grafología como herramienta para identificar las aptitudes naturales de los empleados y reubicarlos en puestos acordes a estas ha demostrado ser una solución muy efectiva. Así se evitan costos innecesarios de tiempo, dinero y resultados y se potencian al máximo los intereses y habilidades del personal de confianza, al frente de tareas más compatibles con su personalidad.

La reubicación de personal también supone para el empresario una ganancia extra: desde el momento en que el empleado es reubicado dentro de la empresa y realiza otras tareas distintas, logra ponerse en el lugar del compañero que ocupaba ese puesto, comprender sus necesidades y la de los otros y mejorar la capacidad de empatizar con los compañeros de trabajo. Esta necesidad supone una mejora considerable en los vínculos laborales y humanos de todo el equipo repercutiendo positivamente no solo en el día a día sino en los resultados económicos de la empresa.

También asignar una tarea acorde a la personalidad puede significar una gran motivación para el empleado, porque le permite desplegar habilidades quizás hasta entonces desconocidas para él.

GRAFOLOGIA Y RECURSOS HUMANOS EN EL MUNDO

 Tanto en Estados Unidos como en Italia, Alemania, Suiza, Reino Unido, España y Francia la grafología goza de una amplia trayectoria en varios campos de aplicación como ser la evaluación psicológica, los servicios psiquiátricos de los hospitales y clínicas, la selección y reubicación de personal en las empresas, la orientación vocacional, los gabinetes psicológicos en los colegios y los fueros judiciales.

Esta técnica sin igual, basada en reglas científicas, y apoyada en una extensa estadística descriptiva, se encuentra entre las preferidas en el mundo de los recursos humanos porque logra perfiles ajustados y útiles de los candidatos, a la vez que profundos y confiables. En países como Francia o Alemania, en donde la grafología se estudia en las universidades más destacadas, su empleo en selección y reubicación de personal se ha convertido ya en un requisito indispensable.

En Argentina, la grafología ha avanzado un largo recorrido desde los aportes de destacados pioneros como Curt Honroth, creador de la escuela emocional, cuyos trabajos son utilizados en todas las áreas que toca esta técnica proyectiva y gozan de reconocimiento y prestigio mundial.

Al día de hoy, los logros de la grafología en todos sus campos de aplicación cuentan con el reconocimiento del público en general, creciendo la demanda de estudios de la personalidad principalmente en el área empresarial por la eficacia que demuestra en la detección de los rasgos buscados en los candidatos.

 

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=55dz-QQq-44[/youtube]

 


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Trastornos de Ansiedad Vs. Ansiedad Normal

Autor: Lic. Elvio Andrés Espósito.

Es frecuente que muchos pacientes que llegan a mi consultorio refieran que sufren de ataques de pánico y describan una serie de síntomas taAnsiosa caminandonto físicos como psicológicos que son propios del cuadro, como por ejemplo: frecuencia cardíaca acelerada, sudoración, enrojecimiento, una sensación de descontrol del movimiento voluntario, ahogo, opresión, necesidad de huir de los lugares, síntomas de extrañeza, miedo a morir, temor a que los demás reconozcan estas manifestaciones, etc.
A veces se habla a la ligera de los ataques de pánico y no se comprende del todo la distinción entre ataques y trastorno de pánico, pero tampoco se discrimina correctamente entre un ataque de un simple episodio de ansiedad normal y corriente.

Conocer lo que nos pasa es el primer paso para poder controlarlo.

La incertidumbre, verdadero cimiento psicológico de la ansiedad, genera un malestar significativo mientras que el hecho de saber de aquello de lo que padecemos y de que modo tratarlo nos representa una sensación de alivio, aún si fuera algo muy complicado y negativo.
La experiencia clínica enseña que el solo hecho de hablar de aquello que nos aqueja y que se nos escuche empáticamente genera una sensación de bienestar inmediata.
A menudo los pacientes se presentan exhibiendo sus credenciales de “soy muy neurótico”, “tengo ataques de pánico”, “soy fóbica” pero que éste no sea verdaderamente el caso. Si bien las etiquetas tranquilizan se corre el riesgo de apresurarse a buscar alguna cura para algo que en verdad no se necesita.

Si algo no está roto lo mejor es no arreglarlo

Saber si “algo está roto” implica observarse y conocerse, hacer terapia es el camino indicado para conseguirlo. La terapia funciona efectivamente con aquellos que desean profundamente un cambio, incluso para los que no aciertan el porqué o de que manera, pero se dan cuenta de que esa necesidad se les impone y que eso que se desconoce, pero que se sabe que está roto (o que ya no encaja), necesita ser reparado (o re-ubicado). Tal vez otras personas, con mayor capacidad de auto-conocimiento sabrán que es lo que necesitan mejorar, acudan a terapia y se comprometan con la tarea propuesta, pero esto por si mismo no les garantiza el éxito sino está en la base el deseo. A este respecto, el deseo es más importante que el compromiso actual con el psicoterapeuta ya que opera en el largo plazo. La persona que verdaderamente desea un cambio más tarde o más temprano conseguirá el objetivo.

Ahora bien, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM IV) define al trastorno de pánico como un trastorno de angustia que puede ser con o sin agorafobia y que se caracteriza por la presencia de crisis de ansiedad espontáneas o el temor a que aparezcan. Últimamente es un motivo de consulta de los más frecuentes a nivel mundial, junto con la depresión. Sin el correcto tratamiento psicológico y en varios casos combinado con psicofármacos, es esperable que el cuadro empeore.

Para que los ataques de pánico se constituyan en trastornos es necesaria una serie de requisitos.
1) Crisis de angustia inesperadas recidivantes
2) Al menos una de las crisis se ha seguido durante un mes o más de uno o más de los siguientes síntomas:
a) Inquietud persistente ante la posibilidad de tener más crisis
b) Preocupaciones por las implicaciones de la crisis o sus consecuencias (por ejemplo perder el control, sufrir un infarto de miocardio, )
c) La crisis de angustia no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (por ejemplo drogas, fármacos o a una enfermedad médica como el hipertiroidismo)
d) Las crisis de angustia no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental, como por ejemplo fobia social ( aparecen al exponerse a situaciones sociales determinadas), fobia específica (exponerse a situaciones fóbicas específicas), trastorno obsesivo compulsivo (al exponerse a la suciedad cuando la obsesión versa sobre el tema de la contaminación), trastorno por estrés post-traumático (por ejemplo en respuesta a estímulos asociados a situaciones altamente estresantes), o trastorno por ansiedad de separación (por ejemplo al estar lejos de casa o de los seres queridos).

En la base de todo ataque de pánico encontramos una cierta cantidad de ansiedad. La ansiedad como tal es una emoción adaptativa con la que, como seres humanos, venimos equipados desde nuestro nacimiento. El pánico, por su lado, es un terror muy intenso y está asociado a la mitología griega que daba cuenta del dios Pan como representante de lo salvaje de la naturaleza. Esta divinidad atemorizaba a los viajantes que tomaba por sorpresa con su presencia.
Es el carácter inesperado e inespecífico lo que genera el efecto de terror en contraposición a lo objetivo que supone el miedo. Uno le tiene miedo a algo particular mientras que el pánico o terror se experimentan ante aquello que se desconoce y en consecuencia no se puede controlar.

Todos tenemos nuestra propia manera de responder a lo desconocido y a los desafíos diarios que requieren una resolución. Vamos a proceder de acuerdo a nuestra personalidad constituida por la experiencia, ideas, imágenes internas, crianza, circunstancias particulares en general, poniendo en marcha una serie de respuestas adaptativas. Estas pueden ser tanto pensamientos, emociones o conductas. El combustible de ese motor es la ansiedad.

Piaget fue un psicólogo suizo que se dedicó a estudiar el modo en que el niño adquiere el conocimiento y postulaba que el ser humano, a lo largo de su desarrollo evolutivo se encuentra frente a necesidades que amenazan su bienestar físico, psíquico y social. Estas necesidades suponen un reacomodamiento contrario al equilibrio interno o a su statu quo. El sentimiento de ansiedad que se produce implica una serie de respuestas en donde la asimilación, la acomodación y luego el aprendizaje son el resultado de la superación de ese reto. De este modo la ansiedad baja su intensidad, regresa a un punto que no incomoda y el ser humano evoluciona.
El aprendizaje incluye, entre otras cosas conservar las herramientas que fueron efectivas en la resolución del problema y el eventual descarte o reacomodamiento de aquellas que no lo fueron. Todo esto moldea al carácter y se conoce con el término de experiencia.
Las situaciones de amenaza al equilibrio o statu quo pueden tener como origen eventos tanto internos (ideas, pensamientos, sensaciones) como externos (situaciones concretas de la vida cotidiana).
El nivel de “normalidad” se puede medir en relación a lo adecuado de la respuesta que uno da en relación al estímulo pero éste es vivido por un individuo particular con su particular modo de sentir, de manera que no se pueden establecer reglas generales estrictas. Un mismo evento, como hablar en público, para algunos puede ser altamente estresante, para otros placentero o hasta percibido como una tarea imposible siendo este el caso frecuente de personas que padecen de fobia social.

Ataque de pánico

¿Cómo determinar entonces que es una reacción desmedida ante un estímulo determinado?

Cuando una actividad o situación que uno desea llevar a cabo o que le es necesaria, es evitada por cuestiones de ansiedad, cuando hay continuos pensamientos de no poder, cuando estos pensamientos por sí mismos desencadenan sensaciones físicas, psicológicas y emocionales como si se estuviera viviendo la situación real. Si sucede todo esto podemos hablar de reacciones desmedidas y según se haya dado en repetidas ocasiones a lo largo del tiempo, que vaya en aumento y que verdaderamente constituya una preocupación dominante, podemos entonces pensar en un trastorno de ansiedad determinado.


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Depresión

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¿Qué es la depresión?

Fuente: National Institute of Health (NIMH)

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Ocasionalmente, todos nos sentimos melancólicos o tristes, pero estos sentimientos, por lo general, son pasajeros y desaparecen en unos días. Cuando una persona tiene un trastorno depresivo, este interfiere con la vida diaria y el desempeño normal y causa dolor tanto para quien padece el trastorno como para quienes se preocupan por él o ella. La depresión es una enfermedad común pero grave y la mayor parte de quienes la padecen necesitan tratamiento para mejorar.

Muchas personas con una enfermedad depresiva nunca buscan tratamiento. Pero la gran mayoría, incluso aquellas con los casos más graves de depresión, pueden mejorar con tratamiento. Intensivas investigaciones de la enfermedad han resultado en el desarrollo de medicamentos, psicoterapias, y otros métodos para tratar a las personas con este trastorno incapacitante.

La depresión es una enfermedad común pero grave.
La mayor parte de quienes la padecen necesitan tratamiento para mejorar.

¿Cuáles son los diferentes tipos de depresión?

Existen varios tipos de trastornos depresivos. Los más comunes son el trastorno depresivo grave y el trastorno distímico.

El trastorno depresivo grave, también llamado depresión grave, se caracteriza por una combinación de síntomas que interfieren con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer, y disfrutar de las actividades que antes resultaban placenteras. La depresión grave incapacita a la persona y le impide desenvolverse con normalidad. Un episodio de depresión grave puede ocurrir solo una vez en el curso de vida de una persona, pero mayormente, recurre durante toda su vida.

El trastorno distímico, también llamado distimia, se caracteriza por sus síntomas de larga duración (dos años o más), aunque menos graves, pueden no incapacitar a una persona pero sí impedirle desarollar una vida normal o sentirse bien. Las personas con distimia también pueden padecer uno o más episodios de depresión grave a lo largo de sus vidas.

Algunas formas de trastorno depresivo muestran características levemente diferentes a las descritas anteriormente o pueden desarrollarse bajo circunstancias únicas. Sin embargo, no todos los científicos están de acuerdo en cómo caracterizar y definir estas formas de depresión. Estas incluyen:

Depresión psicótica, que ocurre cuando una enfermedad depresiva grave está acompañada por alguna forma de psicosis, tal como ruptura con la realidad, alucinaciones, y delirios.

Depresión posparto, la cual se diagnostica si una mujer que ha dado a luz recientemente sufre un episodio de depresión grave dentro del primer mes después del parto. Se calcula que del 10 al 15 por ciento de las mujeres padecen depresión posparto luego de dar a luz.1

El trastorno afectivo estacional, se caracteriza por la aparición de una enfermedad depresiva durante los meses del invierno, cuando disminuyen las horas de luz solar. La depresión generalmente desaparece durante la primavera y el verano. El trastorno afectivo estacional puede tratarse eficazmente con terapia de luz, pero aproximadamente el 50% de las personas con trastorno afectivo estacional no responden solamente a la terapia de luz. Los medicamentos antidepresivos y la psicoterapia pueden reducir los síntomas del trastorno afectivo estacional, ya sea de forma independiente o combinados con la terapia de luz.2

El trastorno bipolar, también llamado enfermedad maniaco-depresiva, no es tan común como la depresión grave o la distimia. El trastorno bipolar se caracteriza por cambios ciclicos en el estado de ánimo que van desde estados de ánimo muy elevado (por ejemplo, manía) a estados de ánimo muy bajo (por ejemplo, depresión). Visite el sitio web del NIMH para obtener mós información sobre el trastorno bipolar (en inglés).

¿Cuáles son los síntomas de la depresión?

No todas las personas con enfermedades depresivas padecen los mismos síntomas. La gravedad, frecuencia, y duración de los síntomas pueden variar según la persona y su enfermedad en particular.

Síntomas

  • Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, o vacío
  • Sentimientos de desesperanza y/o pesimismo
  • Sentimientos de culpa, inutilidad, y/o impotencia
  • Irritabilidad, inquietud
  • Pérdida de interés en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba, incluso las relaciones sexuales
  • Fatiga y falta de energía
  • Dificultad para concentrarse, recordar detalles, y para tomar decisiones
  • Insomnio, despertar muy temprano, o dormir demasiado
  • Comer excesivamente o pérder el apetito
  • Pensamientos suicidas o intentos de suicidio
  • Dolores y malestares persistentes, dolores de cabeza, cólicos, o problemas digestivos que no se alivian incluso con tratamiento

¿Qué enfermedades coexisten con la depresión?

La depresión a menudo coexiste con otras enfermedades. Tales enfermedades pueden presentarse antes de la depresión, causarla, y/o ser el resultado de esta. Es probable que la mecánica detrás de este cruce entre la depresión y otras enfermedades difiera según las personas y las situaciones. No obstante, estas otras enfermedades concurrentes deben ser diagnosticadas y tratadas.

Los trastornos de ansiedad, tales como el trastorno de estrés postraumático, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de pánico, la fobia social, y el trastorno de ansiedad generalizada, acompañan frecuentemente a la depresión.3,4 Las personas que padecen trastorno de estrés postraumático están especialmente predispuestas a tener depresión concurrente. El trastorno de estrés postraumático es una enfermedad debilitante que puede aparecer como resultado de una experiencia aterradora o muy difícil, tal como un ataque violento, un desastre natural, un accidente, un ataque terrorista, o un combate militar.

Las personas con trastorno de estrés postraumático a menudo reviven el suceso traumático con escenas retrospectivas (retroceso al pasado), recuerdos, o pesadillas. Otros síntomas incluyen irritabilidad, arrebatos de ira, profundo sentimiento de culpa, y evasión de pensamientos o conversaciones sobre la experiencia traumática. En un estudio financiado por el Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH por sus siglas en inglés), investigadores descubrieron que más del 40 por ciento de las personas con trastorno de estrés postraumático también sufrieron de depresión en intervalos de uno y cuatro meses luego de la experiencia traumática.5

El abuso o la dependencia del alcohol o de otras sustancias también pueden ser coexistentes con la depresión. De hecho, investigaciones han indicado que la coexistencia de trastornos del ánimo y la adicción a sustancias son dominantes entre la población de los Estados Unidos.6

La depresión a menudo coexiste con otras condiciones médicas como enfermedad cardiaca, derrame cerebral, cáncer, VIH/SIDA, diabetes, y la enfermedad de Parkinson. Estudios han demostrado que las personas que padecen depresión además de otras enfermedades médicas graves, tienden a presentar síntomas más graves, tanto de la depresión como de las enfermedades médicas, a adaptarse con mayor dificultad a su condición médica, y a tener que afrontar costos médicos más altos que aquellas que no tienen depresión coexistente.7 Investigaciones han obtenido una cantidad creciente de evidencia de que tratar la depresión también puede ayudar a mejorar la evolución de la enfermedad concurrente.8

¿Qué causa la depresión?

No existe una causa única conocida de la depresión. Más bien, esta parece ser el resultado de una combinación de factores genéticos, bioquímicos, y psicológicos.

Investigaciones indican que las enfermedades depresivas son trastornos del cerebro. Las tecnologías para obtener imágenes del cerebro, tales como las imágenes por resonancia magnética, han demostrado que el cerebro de las personas con depresión luce diferente del de quienes no la padecen. Las áreas del cerebro responsables de la regulación del ánimo, pensamiento, apetito, y comportamiento parecen no funcionar con normalidad. Además, hay importantes neurotransmisores, sustancias químicas que las células del cerebro utilizan para comunicarse, que parecen no estar en equilibrio. Pero estas imágenes no revelan las causas de la depresión.

Investigaciones indican que las enfermedades depresivas son trastornos del cerebro.

Algunos tipos de depresión tienden a transmitirse de generación en generación, lo que sugiere una relación genética. Sin embargo, la depresión también puede presentarse en personas sin antecedentes familiares de depresión.9 La investigación genética indica que el riesgo de desarollar depresión es consecuencia de la influencia de múltiples genes que actúan junto con factores ambientales u otros.10

Además, los traumas, la pérdida de un ser querido, una relación dificultosa, o cualquier situación estresante puede provocar un episodio de depresión. Episodios de depresión subsiguientes pueden ocurrir con o sin una provocación evidente.

¿Cómo experimentan las mujeres la depresión?

La depresión es más común en mujeres que en hombres. Hay factores biológicos, de ciclo de vida, hormonales, y psicosociales que son únicos de la mujer, que pueden ser relacionados con que las tasas de depresión sean más elevadas entre las mujeres. Investigadores han demostrado que las hormonas afectan directamente las sustancias químicas del cerebro que regulan las emociones y los estados de ánimo. Por ejemplo, las mujeres son particularmente vulnerables a la depresión luego de dar a luz, cuando los cambios hormonales y físicos junto con la nueva responsabilidad por el recién nacido, pueden resultar muy pesados. Muchas mujeres que acaban de dar a luz padecen un episodio breve de tristeza transitoria, pero algunas sufren de depresión posparto, una enfermedad mucho más grave que requiere un tratamiento activo y apoyo emocional para la nueva madre. Algunos estudios sugieren que las mujeres que padecen depresión posparto, a menudo han padecido previos episodios de depresión.

Algunas mujeres también pueden ser susceptibles a sufrir una forma grave del síndrome premenstrual, aveces llamado trastorno disfórico premenstrual. Esta es una enfermedad producida por cambios hormonales que ocurren cerca del periodo de la ovulación y antes de que comience la menstruación. Durante la transición a la menopausia, algunas mujeres experimentan un mayor riesgo de sufrir depresión. Científicos están explorando la forma en la que la elevación y la disminución cíclicas del estrógeno y de otras hormonas pueden afectar la química del cerebro que está relacionada con la enfermedad depresiva.11

Finalmente, muchas mujeres enfrentan el estrés adicional del trabajo y de las responsabilidades del hogar, cuidado de los hijos y padres ancianos, maltrato, pobreza, y tensiones de las relaciones. Aún no está claro por qué algunas mujeres que enfrentan desafíos inmensos padecen de depresión, mientras que otras con desafíos similares no la padecen.

¿Cómo experimentan los hombres la depresión?

Los hombres experimentan la depresión de manera distinta que las mujeres y pueden enfrentar los síntomas de diferentes modos. Los hombres tienden más a reconocer que sienten fatiga, irritabilidad, pérdida de interés en las actividades que antes resultaban placenteras, y que tienen el sueño alterado, mientras que las mujeres tienden más a admitir sentimientos de tristeza, inutilidad, o culpa excesiva.12,13

Los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de acudir al alcohol o a las drogas cuando están deprimidos, frustrados, desalentados, irritados, enojados, o a veces abusivos. Algunos hombres se envician al trabajo para evitar hablar acerca de su depresión con la familia o amigos o comienzan a mostrar un comportamiento imprudente o riesgoso. Y aunque en los Estados Unidos, son más las mujeres que intentan suicidarse, son más los hombres que mueren por suicidio.14

¿Cómo experimentan los ancianos la depresión?

La depresión no es algo normal del envejecimiento y existen estudios que muestran que la mayoría de los ancianos se sienten satisfechos con sus vidas a pesar del aumento de dolores físicos. Sin embargo, cuando la depresión se presenta en ancianos, puede ser pasada por alto porque ellos pueden mostrar síntomas menos evidentes y porque pueden estar menos propensos a sufrir o reconocer sentimientos de tristeza o pena.15

Además, los ancianos pueden tener más condiciones médicas tales como enfermedad cardiaca, derrame cerebral, o cáncer, las cuales pueden provocar síntomas de depresión, o pueden estar tomando medicamentos cuyos efectos secundarios contribuyen a la depresión. Algunos adultos mayores pueden padecer lo que algunos médicos llaman depresión vascular, también llamada depresión arterioesclerótica o depresión isquémica subcortical. La depresión vascular puede suceder cuando los vasos sanguíneos pierden flexibilidad y se endurecen con el tiempo y se contraen. Este endurecimiento de los vasos evita que el flujo normal sanguíneo llegue a los órganos del cuerpo, incluyendo el cerebro. Las personas con depresión vascular pueden tener o estar en riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular o derrame cerebral coexistente.16

Aunque muchas personas suponen que las tasas más altas de suicidio se dan entre los jóvenes, en realidad se dan entre los hombres blancos mayores de 85 años. Muchos sufren una enfermedad depresiva que los médicos no pueden detectar, a pesar del hecho de que estas víctimas de suicidio a menudo visitan a su médico dentro del mes anterior a su muerte.17

La mayoría de los ancianos con depresión mejoran cuando reciben tratamiento con antidepresivos, psicoterapia, o una combinación de ambos.18 Investigaciones han demostrado que tanto la medicación sola como los tratamientos combinados son eficaces para reducir la tasa de reaparición de la depresión en adultos.19 La psicoterapia sola también puede prolongar los períodos sin depresión, especialmente en ancianos con depresión leve y es particularmente útil para aquellos que no pueden o no desean tomar antidepresivos.20, 21

La depresión no es algo normal del envejecimiento.

¿Cómo experimentan los niños y los adolescentes la depresión?

Científicos y médicos han comenzado a considerar seriamente el riesgo de la depresión en niños. Investigaciones han mostrado que la depresión en la niñez a menudo persiste, recurre, y se prolonga en la adultez especialmente si no se recibe tratamiento. La presencia de la depresión en la niñez también tiende a predecir enfermedades más graves en la edad adulta.22

Un niño con depresión puede fingir estar enfermo, negarse a ir a la escuela, aferrarse a un padre, o preocuparse de que uno de sus padres pueda morir. Los niños mayores pueden estar de mal humor, meterse en problemas en la escuela, ser negativos e irritables, y sentirse incomprendidos. Como estas señales pueden percibirse como cambios de ánimo normales típicos de los niños mientras avanzan por las etapas del desarrollo, puede ser difícil diagnosticar con exactitud que una persona joven padece depresión.

Antes de la pubertad, los niños y las niñas tienen las mismas probabilidades de sufrir trastornos de depresión. Sin embargo, a los 15 años, las mujeres tienen el doble de probabilidad que los hombres de haber padecido un episodio de depresión grave.23

La depresión en los adolescentes se presenta en un momento de grandes cambios personales, cuando hombres y mujeres están definiendo una identidad distinta a la de sus padres, lidiando con asuntos de género y su sexualidad emergente, y tomando decisiones por primera vez en sus vidas. La depresión en la adolescencia a menudo coexiste con otros trastornos tales como ansiedad, comportamiento perturbador, trastornos alimenticios, o abuso de sustancias. También puede conducir a un aumento en el riesgo de suicidio.22,24

Un estudio clínico financiado por el NIMH que abarcó a 439 adolescentes con depresión grave descubrió que una combinación de medicación y psicoterapia era la opción de tratamiento más efectiva.25 Otras investigaciones financiadas por el NIMH están desarrollando y probando maneras de prevenir el suicidio en niños y adolescentes, incluyendo diagnóstico y tratamiento tempranos y un mejor entendimiento del pensamiento suicida.

La depresión en la niñez a menudo persiste, recurre, y se prolonga en la adultez especialmente si no se recibe tratamiento.

¿Cómo se detecta y trata la depresión?

La depresión, aun en los casos más graves, es un trastorno altamente tratable. Al igual que con muchas enfermedades, mientras más pronto pueda comenzar el tratamiento, más efectivo es y las probabilidades de prevenir una repetición son mayores.

El primer paso para obtener el tratamiento adecuado es visitar a un médico. Ciertos medicamentos y condiciones médicas, tales como virus o trastornos de tiroides, pueden provocar los mismos síntomas que la depresión. Un médico puede descartar estas posibilidades por medio de un examen físico, una entrevista, y pruebas de laboratorio. Si el médico puede descartar a una condición médica como la causa, él o ella debe llevar a cabo una evaluación psicológica o referir al paciente a un profesional de la salud mental.

El médico o profesional de la salud mental llevará acabo una evaluación diagnóstica completa. Él o ella debe conversar con el paciente sobre cualquier antecedente familiar de depresión y obtener todos los antecedentes de los síntomas, por ejemplo, cuándo comenzaron, cuánto han durado, su gravedad, y si ocurrieron antes, y si los síntomas ocurrieron antes, cómo fueron tratados. Él o ella también debe preguntar si el paciente consume alcohol o drogas y si ha tenido pensamientos suicidas o de muerte.

Una vez diagnosticada, una persona con depresión puede ser tratada con varios métodos. Los tratamientos más comunes son la medicación y la psicoterapia.

Medicamentos

Los antidepresivos normalizan las sustancias químicas naturales del cerebro llamadas neurotransmisores, principalmente la serotonina y la norepinefrina. Otros antidepresivos normalizan el neurotransmisor dopamina. Los científicos que estudian la depresión han descubierto que estas sustancias químicas en particular participan en la regulación de los estados de ánimo, pero no están seguros de cómo exactamente funcionan.

Los tipos de medicamentos antidepresivos más nuevos y populares se llaman inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Entre los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina se encuentran la fluoxetina (Prozac), el citalopram (Celexa), la sertralina (Zoloft), y varios otros. Los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina son similares a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina e incluyen la venlafaxina (Effexor) y la duloxetina (Cymbalta). Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina son más populares que los antidepresivos más antiguos, como los tricíclicos (llamados así por su estructura química) y los inhibidores de la monoamino oxidasa porque tienden a tener menos efectos secundarios. No obstante, los medicamentos pueden tener distintos efectos en las personas, no existe una única propuesta cuando se trata de medicamentos. Por lo tanto, los antidepresivos tricíclicos o los inhibidores de la monoamino oxidasa pueden ser la mejor opción para ciertas personas.

Las personas que tomen inhibidores de la monoamino oxidasa deben atenerse a significativas restricciones alimenticias y medicinales para evitar posibles interacciones graves. Deben evitar ciertos alimentos que contienen niveles altos de la sustancia tiramina, la cual está presente en muchos quesos, vinos, y pepinillos así como en algunos medicamentos descongestivos. Los inhibidores de la monoamino oxidasa interactúan con la tiramina de tal forma que pueden causar un aumento agudo en la presión arterial, lo cual podría llevar a un derrame cerebral. El médico debe proporcionarle al paciente que tome inhibidores de la monoamino oxidasa una lista completa de los alimentos, medicamentos, y substancias prohibidas.

Con cualquier clase de antidepresivo, los pacientes deben tomar dosis regulares durante al menos tres a cuatro semanas antes de poder experimentar un efecto terapéutico completo. Deben continuar con los medicamentos durante el tiempo especificado por su médico, aun si se siente mejor, para de esta manera evitar una recaída de la depresión. Los medicamentos únicamente deben interrumpirse bajo supervisión médica. Algunos medicamentos deben dejarse de tomar gradualmente a fin de darle al organismo tiempo para ajustarse. Aunque los antidepresivos no forman hábito ni son adictivos, el dejar de tomar repentinamente un antidepresivo puede provocar síndrome de abstinencia o una recaída. Algunos personas, tales como aquellas que sufren depresión crónica o recurrente, pueden necesitar medicamentos por tiempo indefinido.

Además, si un medicamento no funciona, el paciente debe estar dispuesto a probar otro. Investigaciones financiadas por el NIMH han demostrado que los pacientes que no mejoraron luego de tomar un primer medicamento aumentaron sus probabilidades de liberarse de los síntomas luego de cambiar a otro medicamento o agregar uno nuevo al que ya estaban tomando.26,27

Algunas veces se utilizan estimulantes, medicamentos para la ansiedad, u otros medicamentos en combinación con un antidepresivo, especialmente si el paciente padece un trastorno mental o físico coexistente. Sin embargo, ni los medicamentos para la ansiedad ni los estimulantes son efectivos contra la depresión si se toman solos y ambos deben tomarse solamente bajo estrecha supervisión médica.

¿Cuáles son los efectos secundarios de los antidepresivos?

Los antidepresivos pueden causar efectos secundarios leves y a menudo temporales en algunas personas, pero por lo general, no son duraderos. Sin embargo, cualquier reacción inusual o efecto secundario que interfiera con el desempeño normal debe ser inmediatamente comunicado al médico.

Efectos Secundarios

Los efectos secundarios más comunes asociados con los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina incluyen:

  • Dolor de cabeza—generalmente es temporal y pasa.
  • Náuseas—temporales y generalmente de breve duración.
  • Insomnio y nerviosismo (dificultad para dormir o despertar con frecuencia durante la noche)—pueden ocurrir durante las primeras semanas pero a menudo disminuyen con el tiempo o con la reducción de la dosis.
  • Inquietud (sensación de ansiedad y nerviosismo).
  • Problemas sexuales—tanto hombres como mujeres pueden experimentar problemas sexuales que incluyen disminución del deseo sexual, disfunción eréctil, eyaculación retardada, o anorgasmia (incapaz de tener un orgasmo).

Los antidepresivos tricíclicos también pueden causar algunos de los siguientes efectos secundarios:

  • Boca seca—beber mucha agua, mascar chicle, y cepillarse los dientes a diario ayuda con esto.
  • Estreñimiento—ingerir más cereales de fibra, pasas, frutas, y verduras ayudan con esto.
  • Problemas de la vejiga—puede haber dificultad para vaciar la vejiga y el chorro de orina puede ser más débil que de costumbre. Es posible que los hombres mayores que sufren agrandamiento de la próstata resulten más afectados. Notifique de inmediato al médico si siente dolor al orinar.
  • Problemas sexuales—puede variar el desempeño sexual y los efectos secundarios son similares a los de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
  • Visión borrosa—a menudo desaparece rápidamente y no necesitará una nueva receta de lentes correctivos.
  • Somnolencia (tener sueño) durante el día—generalmente desaparece rápidamente pero se debe evitar conducir u operar maquinaria pesada mientras exista un estado de somnolencia. Los antidepresivos con mayor efecto sedante generalmente se toman por la noche para ayudar a dormir y evitar la somnolencia durante el día.

Informe inmediatamente a un doctor sobre cualquier efecto secundario inusual.

Advertencia de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés) sobre los antidepresivos

A pesar de que los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y otros antidepresivos son relativamente seguros y populares, algunos estudios han demostrado que pueden causar efectos no deseados en algunas personas, especialmente en adolescentes y adultos jóvenes. En el 2004, la FDA revisó exhaustivamente los resultados publicados y no publicados de estudios clínicos controlados sobre antidepresivos que abarcaron a casi 4.400 niños y adolescentes. Esta revisión reveló que el 4 por ciento de quienes tomaban antidepresivos tuvieron pensamientos suicidas o intentaron suicidarse (aunque ningún suicidio ocurrió) en comparación al 2 por ciento de quienes tomaron placebos.

Esta información instó a la FDA a adoptar, en el 2005, una etiqueta de advertencia de “caja negra” en todos los medicamentos antidepresivos para alertar al público acerca del posible aumento en el riesgo de pensamientos suicidas o intentos de suicidio en niños y adolescentes que toman antidepresivos. En el 2007, la FDA propuso que los fabricantes de todos los medicamentos antidepresivos extendieran la advertencia para incluir a pacientes jóvenes de hasta 24 años. Una advertencia de “caja negra” es la advertencia más seria que se aplica en las etiquetas de medicamentos recetados.

La advertencia destaca que los pacientes de todas las edades que toman antidepresivos deben ser cercanamente observados, especialmente durante las primeras semanas del tratamiento. Los posibles efectos secundarios que se deben buscar son empeoramiento de la depresión, pensamiento o comportamiento suicida, o cualquier cambio inusual en el comportamiento tal como falta de sueño, inquietud, o aislamiento de situaciones sociales normales. La advertencia agrega que las familias y los cuidadores del paciente también deben ser informados de la necesidad de observar cercanamente y notificar cualquier cambio en el paciente al médico. La información más reciente de la FDA se puede encontrar en su sitio web .

Los resultados de una revisión completa de ensayos pediátricos realizados entre 1988 y 2006 sugieren que los beneficios de los medicamentos antidepresivos pueden ser mayores que los riesgos para niños y adolescentes con trastornos graves de depresión y ansiedad.28 El estudio fue parcialmente financiado por el NIMH.

Finalmente, la FDA ha advertido que combinar los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina, los cuáles son antidepresivos más nuevos, con uno de los medicamentos “triptán”, que son comúnmente usados para tratar el dolor de migraña, podría causar una enfermedad con peligro de muerte llamada “síndrome de la serotonina.” Una persona con síndrome de la serotonina puede ponerse inquieta/nerviosa, tener alucinaciones (ver u oír cosas que no son reales), tener temperatura alta, o tener cambios inusuales de presión arterial. El síndrome de la serotonina es generalmente asociado con los antidepresivos más viejos llamados monoamino oxidasa, pero también se puede sufrir de este síndrome con los antidepresivos más nuevos si estos son mezclados con medicamentos incorrectos.

Pacientes de todas las edades que toman antidepresivos deben ser cercanamente observados.

Información sobre la hierba de San Juan

El extracto de hierba de San Juan (Hypericum perforatum L.), un arbusto silvestre de flores amarillas, ha sido utilizado durante siglos en muchos remedios caseros y herbales. Actualmente se la utiliza ampliamente en Europa para tratar la depresión leve a moderada. En los Estados Unidos es uno de los productos botánicos de mayor venta.

Con relación al creciente interés que hay en los Estados Unidos por la hierba de San Juan, los Institutos Nacionales de Salud (NIH por sus siglas en inglés) dirigieron un estudio clínico para determinar la efectividad de la hierba en el tratamiento de adultos con depresión grave. El estudio, que duró ocho semanas y abarcó a 340 pacientes a quienes se les había diagnosticado depresión grave, asignó al azar una dosis uniforme de hierba de San Juan a un tercio de estos pacientes, un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina comúnmente prescripto a otro tercio, y un placebo al tercio restante. El estudio descubrió que la hierba de San Juan no tuvo más efecto que el placebo en el tratamiento de la depresión grave.29 Sin embargo, en otro estudio se está investigando la efectividad de la hierba de San Juan en el tratamiento de depresión leve o menor.

Otra investigación ha demostrado que la hierba de San Juan puede interferir negativamente con otros medicamentos, incluyendo los utilizados para controlar la infección del VIH. El 10 de febrero del 2000, la FDA publicó una advertencia de salud declarando que la hierba parece interferir con ciertos medicamentos utilizados para tratar enfermedades cardíacas, depresión, convulsiones, ciertos tipos de cáncer, y el rechazo de trasplante de órganos. La hierba también puede interferir con la efectividad de los anticonceptivos orales. Es por estas posibles interacciones que los pacientes deberían siempre consultar con su médico antes de tomar cualquier suplemento a base de hierbas.

Psicoterapia

Varios tipos de psicoterapia o “terapia de diálogo” pueden ayudar a las personas con depresión.

Algunos tratamientos son de corto plazo (10 a 20 semanas) y otros son de largo plazo, según las necesidades del individuo. Existen dos tipos principales de psicoterapia, la terapia cognitivo-conductual y la terapia interpersonal, las cuáles han probado ser efectivas en el tratamiento de la depresión. Al enseñar nuevas maneras de pensar y de comportarse, la terapia cognitivo-conductual ayuda a las personas a cambiar sus estilos negativos de pensamiento y de comportamiento que pueden contribuir a su depresión. La terapia interpersonal ayuda a las personas a entender y resolver relaciones personales problemáticas que pueden causar o empeorar su depresión.

La psicoterapia puede ser la mejor opción para tratar la depresión leve a moderada. Sin embargo, para casos graves de depresión o para ciertas personas, la psicoterapia puede no ser suficiente. Estudios han indicado que una combinación de medicamentos y psicoterapia pueden ser para los adolescentes la opción más efectiva para tratar la depresión y reducir la probabilidad de una reaparición.25 Del mismo modo, un estudio sobre el tratamiento de la depresión en ancianos descubrió que los pacientes que respondieron al primer tratamiento de medicamentos y terapia interpersonal tenían menos probabilidades de volver a sufrir de depresión si continuaban con su tratamiento combinado durante al menos dos años.21

Terapia electroconvulsiva

En los casos en que ni los medicamentos y/ni la psicoterapia ayudan a aliviar una depresión resistente al tratamiento, puede ser útil la terapia electroconvulsiva. La terapia electroconvulsiva, antes conocida como “terapia de choque”, solía tener una mala reputación. Pero esta ha mejorado notablemente en los últimos años y puede ofrecer alivio a personas con depresión grave que no han podido sentir ninguna mejoría con otros tratamientos.

Antes de administrar la terapia electroconvulsiva, al paciente se le administra un relajante muscular y se le anestesia brevemente. El paciente no es consciente del pulso eléctrico que se aplica en la terapia electroconvulsiva. Típicamente, al paciente se le somete a terapia electroconvulsiva varias veces a la semana y a menudo es necesario que tome un medicamento antidepresivo o estabilizador del ánimo para complementar los tratamientos con terapia electroconvulsiva y prevenir una recaída. Aunque algunos pacientes únicamente necesitan unas pocas aplicaciones de terapia electroconvulsiva, otros pueden necesitar terapia electroconvulsiva de mantenimiento, al principio, usualmente una vez a la semana y luego cada vez menos hasta llegar a tratamientos mensuales de hasta un año.

La terapia electroconvulsiva puede ocasionar algunos efectos secundarios de corto plazo, incluyendo confusión, desorientación, y pérdida de memoria. Pero, por lo general, estos efectos secundarios desaparecen pronto después del tratamiento. Investigaciones han indicado que al cabo de un año de tratamiento con terapia electroconvulsiva, los pacientes no presentan efectos cognitivos adversos.30

¿Qué esfuerzos están en proceso para mejorar los tratamientos?

Investigadores están buscando maneras para mejorar el entendimiento, el diagnóstico, y el tratamiento de la depresión en todos los grupos de pacientes. Se están probando nuevos posibles tratamientos que dan esperanza a quienes viven con una depresión particularmente difícil de tratar y los investigadores están estudiando los factores de riesgo de la depresión y cómo afecta el cerebro. El NIMH continúa financiando investigaciones de máxima calidad acerca de este trastorno debilitante.

Para obtener más información acerca de investigaciones sobre la depresión financiadas por el NIMH, visite el sitio web del NIMH.

El NIMH financia investigaciones de máxima calidad acerca de este trastorno debilitante.

¿Cómo puedo ayudar a un amigo o familiar deprimido?

Si conoce a alguien que está deprimido, esto también le afecta a usted. Lo primero y más importante que puede hacer para ayudar a un amigo(a) o familiar con depresión es ayudarlo(a) a conseguir un diagnóstico y tratamiento adecuados. Tal vez necesite pedir una cita a nombre de su amigo(a) o familiar y acompañarlo(a) a ver al médico. Anímelo(a) a no abandonar el tratamiento o a que busque un tratamiento diferente si no se ven mejorías al cabo de seis a ocho semanas.

Ayude a un Amigo(a) o Familiar

  • Ofrézcale apoyo emocional, comprensión, paciencia, y animo.
  • Entable una conversación con su amigo(a) o familiar y escúchelo(a) con atención.
  • Nunca desacredite los sentimientos que su amigo(a) o familiar manifieste pero señale las realidades y ofrezca esperanza.
  • Nunca ignore los comentarios acerca del suicidio y comuníquelos a los familiares, terapeuta, o médico de su amigo(a) o familiar.
  • Invite a su amigo(a) o familiar a hacer caminatas, excursiones, y otras actividades. Aunque él o ella se nieguen, siga intentándolo, pero no lo(a) presione a hacer demasiadas cosas demasiado pronto. Aunque las distracciones y la compañía son necesarias, demasiadas exigencias pueden aumentar los sentimientos de fracaso.
  • Recuérdele a su amigo(a) o familiar que con el tiempo y con tratamiento, la depresión pasará.

¿Cómo puedo ayudarme si estoy deprimido?

Si usted tiene depresión, seguramente se siente exhausto, indefenso, y desesperanzado. Hacer algo para ayudarse puede ser extremadamente difícil. Pero es importante que se dé cuenta de que estos sentimientos son parte de la depresión y no reflejan con exactitud las circunstancias reales. A medida que usted comience a reconocer su depresión y comience con un tratamiento, el pensamiento negativo desaparecerá.

Ayúdese Usted Mismo

  • Comience a practicar actividades o ejercicios físicos moderados. Vaya al cine, a algún juego de pelota, o a algún otro evento o actividad que solía disfrutar. Participe en actividades religiosas, sociales, o de otro tipo.
  • Asígnese metas realistas.
  • Divida las tareas grandes en tareas pequeñas, establezca algunas prioridades, y haga lo que pueda cuando pueda.
  • Trate de pasar tiempo con otras personas y elija un amigo(a) o familiar de confianza como confidente. Trate de no aislarse y deje que los demás lo ayuden.
  • Espere que su ánimo mejore poco a poco y no de inmediato. No espere salir de su depresión con un “abrir y cerrar de ojos”. Frecuentemente, durante el tratamiento de la depresión, el sueño y el apetito comenzarán a mejorar antes de que su estado de ánimo deprimido desaparezca.
  • Aplace las decisiones importantes, tales como contraer matrimonio, divorciarse, o cambiar de empleo, hasta que se sienta mejor. Hable sobre decisiones con otras personas que lo conozcan bien y tengan una visión más objetiva de su situación.
  • Recuerde que los pensamientos positivos reemplazará los pensamientos negativos a medida que su depresión responda al tratamiento.

¿Dónde puedo ir para obtener ayuda?

Si no está seguro acerca de dónde ir para obtener ayuda, pregúntele a su médico de familia. La siguiente lista menciona otros recursos para obtener ayuda:

Recursos para la Salud Mental

  • Especialistas de la salud mental, tales como psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, o consejeros de la salud mental;
  • Organizaciones del cuidado de la salud;
  • Centros comunitarios de la salud mental;
  • Departamentos de psiquiatría de los hospitales y clínicas para pacientes ambulatorios;
  • Programas de la salud mental en universidades o facultades de medicina;
  • Clínicas estatales para pacientes ambulatorios;
  • Servicios para la familia, agencias sociales, o iglesias;
  • Grupos de apoyo;Clínicas e instituciones privadas;
  • Programas de asistencia para empleados;
  • Asociaciones médicas o psiquiátricas locales.
  • También puede buscar números de teléfono y direcciones en el directorio telefónico bajo las secciones “salud mental” (mental health), “salud” (health), “servicios sociales” (social services), “líneas de apoyo” (hotlines), o “médicos” (physicians). Un médico de sala de emergencia también puede brindarle ayuda temporaria e informarle dónde y cómo obtener más ayuda.

¿Y si yo o alguien que conozco está en crisis?

Si está pensando en hacerse daño o si conoce a alguien que lo esté pensando, comuníquese inmediatamente con alguien que lo pueda ayudar.

  • Llame a su médico.
  • Llame al 911 (servicio de emergencia de los Estados Unidos) o vaya a una sala de emergencia de un hospital para obtener ayuda inmediata o pídale a un amigo(a) o familiar que lo ayude a hacer esto.
  • Llame gratis (la llamada es gratuita para quienes viven en los Estados Unidos) las 24 horas del día a la línea de emergencia de la Red Nacional de Prevención del Suicidio al 1-888-628-9454; número de teléfono de texto/teletipo: 1-800-799-4TTY (4889) para hablar con un consejero capacitado.
  • Asegúrese de que ni usted ni la persona en crisis depresiva se quede solo(a).

 

 

Trastorno de Ansiedad Generalizada

Cuando no se pueden controlar las preocupaciones

 

Fuente: National Institute of Mental Health (NIMH)

Link: Artículo

Depresión

Introducción

¿Se siente extremadamente preocupado por todo lo que le pasa en la vida, aunque tenga poca o ninguna razón para estarlo? ¿Se siente muy ansioso con lo que tiene que lidiar durante el día? ¿Tiene miedo de que todo siempre salga mal?

Si es así, puede ser que tenga un trastorno de ansiedad llamado trastorno de ansiedad generalizada.

 ¿Qué es el trastorno de ansiedad generalizada?

Todos nos preocupamos por cosas como los problemas de salud, dinero o los problemas familiares. Sin embargo, las personas con trastorno de ansiedad generalizada se preocupan extremadamente por éstas y muchas otras cosas, incluso cuando hay poca o ninguna razón para preocuparse. El simple hecho de lidiar día a día les causa ansiedad, y piensan que las cosas siempre saldrán mal. A veces, estas preocupaciones hacen que las personas con este trastorno no puedan realizar sus actividades diarias.

El trastorno de ansiedad generalizada se desarrolla lentamente, y suele comenzar durante la adolescencia o juventud. Los síntomas pueden mejorar o empeorar en distintos momentos, y con frecuencia empeoran durante momentos de estrés.

Es posible que las personas con el trastorno de ansiedad generalizad consulten con un médico varias veces antes de descubrir que tienen este trastorno. Les piden ayuda a sus médicos para dolores de cabeza o problemas para dormir, señales que acompañan los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada. Sin embargo, no siempre obtienen la ayuda que necesitan de inmediato. Al médico le puede tomar algún tiempo asegurarse de que la persona tenga el trastorno de ansiedad generalizada en vez de otro problema médico.

¿Qué causa el trastorno de ansiedad generalizada?

A veces el trastorno de ansiedad generalizada es hereditario, pero nadie sabe con seguridad por qué algunas personas lo tienen y otras no. Los investigadores han descubierto que hay varias partes del cerebro relacionadas con el miedo y la ansiedad. Los estudios sugieren que las preocupaciones extremas que acompañan a este trastorno pueden ser una manera de evitar o ignorar alguna otra preocupación más profunda. Si la persona soluciona ese problema, entonces las preocupaciones del trastorno de ansiedad generalizada también desaparecerían. Al aprender más sobre cómo funcionan el miedo y la ansiedad en el cerebro, los científicos podrían crear mejores tratamientos. Además, los investigadores están tratando de averiguar cómo el estrés y los factores ambientales influyen en el desarrollo de este trastorno.

¿Cuáles son las señales y los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada?

Las personas con el trastorno de ansiedad generalizada pueden:

  • Preocuparse demasiado por las actividades diarias
  • Tener problemas para controlar sus preocupaciones constantes
  • Ser conscientes de que se preocupan mucho más de lo que deberían
  • Tener dificultad para relajarse
  • Tener problemas para concentrarse
  • Ser fácilmente sorprendidas
  • Tener problemas para dormir o permanecer dormidos
  • Sentirse cansados todo el tiempo
  • Tener dolores de cabeza, de los músculos, del estómago o dolores inexplicables
  • Tener dificultad para tragar
  • Tener temblores o tics (movimientos nerviosos)
  • Sentirse irritables, sudar mucho, y marearse o sentir que les falta el aire
  • Necesitar ir al baño seguido.

¿Cómo se trata el trastorno de ansiedad generalizada?

Primero, hable con su médico acerca de sus síntomas. Su médico debe hacerle un examen para asegurarse de que sus síntomas no sean causados por algún problema físico. Además, es posible que el médico le recomiende que visite a un especialista en salud mental.

Por lo general, el trastorno de ansiedad generalizada se trata con psicoterapia, medicamentos o una combinación de ambos.

Psicoterapia. Un tipo de psicoterapia llamada terapia cognitiva-conductual es especialmente útil para el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada. Le enseña a la persona diferentes formas de pensar, de comportarse y cómo reaccionar ante distintas situaciones para ayudarle a sentir menos ansiedad o preocupación.

Medicamentos. Los médicos también pueden recetar medicamentos que ayudan a tratar el trastorno de ansiedad generalizada. Hay dos clases de medicamentos que se recetan con más frecuencia para tratar este trastorno: los ansiolíticos y los antidepresivos. Los ansiolíticos son medicamentos fuertes y existen diferentes tipos, muchos de los cuales comienzan a trabajar de inmediato. Sin embargo, por lo general, no se deben tomar por períodos largos de tiempo.

Los antidepresivos se usan para tratar la depresión, pero también sirven para tratar el trastorno de ansiedad generalizada. Pueden tardar varias semanas en hacer efecto. Algunos pueden causar efectos secundarios, como dolor de cabeza, náuseas o dificultad para dormir. Para la mayoría de personas, estos efectos secundarios no suelen convertirse en un problema, especialmente si se comienza con una dosis baja y con el tiempo se la va aumentando lentamente. Hable con su médico acerca de cualquier efecto secundario que tenga.

Es importante saber que, aunque los antidepresivos pueden ser seguros y eficaces para muchas personas, también pueden ser riesgosos para otras, especialmente para los niños, adolescentes y jóvenes. Los antidepresivos tienen una advertencia de “recuadro negro”, el tipo de advertencia más grave que puede tener un medicamento recetado en los Estados Unidos. Estas etiquetas advierten a las personas que los antidepresivos pueden causar pensamientos suicidas o intentos de suicidio. Toda persona que tome antidepresivos debe ser vigilada de cerca, especialmente al comenzar un tratamiento con estos medicamentos.

A algunas personas les va mejor con la terapia cognitiva-conductual, mientras que para otras son mejores los medicamentos o una combinación de las dos terapias. Hable con su médico sobre el mejor tratamiento para usted.

¿Qué se siente tener el trastorno de ansiedad generalizada?

“Me preocupaba todo el tiempo por todo. No importaba que no hubiera señales de problemas, simplemente me sentía agitado. Tenía problemas para dormir por las noches, y no podía concentrarme en el trabajo. Me sentía enojado con mi familia todo el tiempo”.

“Consulté con mi médico y le conté que me preocupaba todo el tiempo. Mi médico me mandó a ver a alguien que sabe sobre el trastorno de ansiedad generalizada. Ahora estoy tomando medicamentos y trabajando con un consejero para enfrentar mejor mis preocupaciones. He tenido que trabajar mucho, pero me siento mejor. Me alegro que le hice esa primera llamada al médico”.

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