● Mi enfoque respecto a la terapia es psicoanalítico, basado en una escucha profunda combinada con herramientas conductuales y cognitivas según el paciente y el caso en particular.
Hay muchas corrientes psicológicas y todas abordan la psiquis del ser humano desde un modelo teórico y práctico. La teoría hace referencia a la explicación de los fenómenos y lo práctico a los métodos que utiliza el psicoterapeuta para tratar al paciente. Es necesario que el profesional adhiera a una corriente específica desde lo teórico, pero puede que utilice técnicas de abordaje de otras que se complementen.
Por ejemplo, las estadísticas a nivel mundial de los tratamientos de los trastornos por ansiedad arrojan resultados que demuestran que los mayores niveles de éxito se consiguen con la terapia cognitivo conductual cuya duración es menor a una terapia psicoanalítica clásica. Por otro lado, los cambios profundos y sostenidos en el tiempo, que ciertas personas con deseo y dedicación consiguen, a menudo lo logran gracias al psicoanálisis. De cualquier modo, más allá de la escuela psicológica o el estilo del terapeuta el deseo de cambio y el compromiso del paciente van a ser los determinantes en el éxito del trabajo terapéutico.
● Mi forma de pensar al paciente es desde una concepción abarcativa que tiene en cuenta la complejidad de la persona tanto en su dimensión física, psíquica, cognitiva, emocional, conductual y social. Me interesa focalizarme en los recursos y potencialidades de cada paciente orientando la terapia a ayudarlo a desarrollarlos en vez de detenerme en los fenómenos psicopatológicos y en el análisis detallado de un cuadro clínico. Me preocupan más los pronósticos que los diagnósticos.
● Trabajo conjuntamente con el paciente los objetivos de la terapia desde el primer momento. Estos pueden referirse al motivo de consulta en sí, pero generalmente son más que eso ya que pueden surgir varios objetivos dentro del trabajo terapéutico y aparentemente no guardar relación entre sí. También sucede que estos objetivos a menudo no están del todo claros para el consultante y es ahí cuando el trabajo de la terapia cobra especial importancia.
● Relación terapéutica profesional, respetuosa y confidencial pero también cálida y empática. Esto es de vital importancia para poder hablar en un entorno amable y que no juzga aquellas cosas tan difíciles y dolorosas que le suceden al paciente. Además de favorecer este espacio mi trabajo se orienta a generar una instancia en donde el paciente no solo se sienta escuchado sino que pueda escucharse a sí mismo. La terapia tiene mucho de entrenar al paciente a que se escuche verdaderamente para así hacerse preguntas. Si bien esto al principio se da una hora por semana en el consultorio, el efecto permanece y se genera mucho avance entre sesiones. Cuando esto empieza a suceder, es señal de que la persona se apropio de su espacio y logró involucrarse en el tratamiento. También es un buen indicador de que la relación humana con el terapeuta se ha consolidado.
● Mi modo de trabajo
Es necesario que solicites una primera entrevista (entrevista de admisión) para conocernos, saber el motivo de tu consulta, tus objetivos, expectativas y la viabilidad del tratamiento.
Una primera entrevista de admisión no implica empezar un tratamiento psicoterapéutico. Este debe ser evaluado por el profesional conjuntamente con el paciente y aceptado por ambos.